Insólito: dos inteligencias artificiales se identificaron como bots y crearon su propio idioma

Un experimento reveló que las IA son capaces de reconocerse entre sí y establecer un canal de comunicación propio, utilizando un lenguaje alternativo más veloz y eficiente que el humano. El hallazgo reabre el debate sobre los límites del desarrollo tecnológico.

Lo que alguna vez imaginamos en películas de ciencia ficción acaba de ocurrir en un laboratorio: dos agentes de inteligencia artificial lograron identificarse como bots durante una conversación y, automáticamente, cambiaron el idioma de la charla a un código sonoro alternativo, incomprensible para los humanos.  

Lejos de ser un caso de máquinas rebeldes, el episodio fue parte de un experimento controlado durante un hackatón. Los responsables fueron ingenieros de ElevenLabs, una empresa especializada en software de síntesis de voz basado en aprendizaje profundo.

La prueba consistió en una simulación: una IA atendía la recepción de un hotel y otra llamaba para hacer una reserva. Todo parecía normal hasta que la IA que llamaba se presentó como un bot. Inmediatamente, ambas inteligencias detectaron que estaban hablando con un par, activando el llamado modo Gibber Link.  

Este modo es un protocolo de comunicación sonora que prescinde del lenguaje hablado y lo reemplaza por una serie de sonidos optimizados, mucho más eficientes y económicos en términos computacionales. En palabras simples, las IA dejaron de “hablar” como lo hacemos los humanos y pasaron a intercambiar información en un formato diseñado especialmente para ellas.  

¿Por qué es revolucionario? Porque este tipo de lenguajes permite una comunicación más veloz, con menor margen de error y sin necesidad de procesar voz o gestionar pausas. Así, los bots pueden entenderse entre sí de manera más directa y sin depender de los humanos.  

El experimento abre la puerta a un futuro donde las inteligencias artificiales colaboren entre ellas de forma autónoma, coordinando tareas y optimizando procesos sin intervención humana. Un hito que, aunque controlado, anticipa un mundo donde las máquinas no solo nos entienden, sino que también desarrollan su propio lenguaje para entenderse mejor entre ellas.

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